Audio guía de Trujillo

En Trujillo se han encontrado restos megalíticos, vetones, celtas e iberos. Fue Turgalium para los romanos y Taryala para los árabes, siendo éstos los que más tiempo permanecieron, del siglo VIII al XIII. Construyeron el castillo y las murallas para reforzar su defensa, formando la Alcazaba. La villa fue reconquistada definitivamente por los cristianos en 1232, viniendo a repoblar las tierras gente del norte. Intervinieron en la reconquista los linajes de Altamirano, los Bejarano y los Añasco, entregándoles la corona como recompensa tierras y poder económico y político.

Juan II de Castilla concede a Trujillo el título de ciudad en 1430 y Enrique IV le otorga el privilegio de mercado franco los jueves. Trujillo siempre tuvo una importancia estratégica para la corona, motivo por el cual los Reyes Católicos visitaron la ciudad en varias ocasiones, una de ellas cuando Isabel la Católica expulsa de la ciudad a Juana la Beltraneja y al marqués de Villena, quienes tuvieron que huir a Plasencia. Fernando el Católico murió en el pueblo de Madrigalejo, municipio perteneciente a la jurisdicción de Trujillo, y a donde se trasladaron para dar fe el Corregidor y los regidores de la época ataviados con las lobas de luto.

Carlos V, a su paso por la ciudad, confirma el privilegio de mercado franco libre de alcabalas. Su hijo Felipe II, tras alojarse en la Casa de la Cadena, llamada así por la cadena que pende del dintel de su puerta, le otorga a ésta el derecho de asilo, mediante el cual todo reo perseguido por la justicia quedaba bajo la protección del señor de la casa y mientras estuviera allí no le podían prender. Durante el reinado de Felipe IV se pone en funcionamiento la Casa de la Moneda de Trujillo para acuñar y para el resello de la moneda en toda Extremadura.

Como veremos en la audioguía Trujillo también destaca en la historia por ser cuna de Francisco Pizarro y sus hermanos Hernando, Juan y Gonzalo, quienes conquistaron el Imperio Inca; de Francisco de Orellana, quien descubrió el río Amazonas; de clérigos como fray Jerónimo de Loaysa, que fue el primer arzobispo de Lima; o del cantero Francisco Becerra, quien construyó catedrales en el nuevo mundo.

El periodo de mayor esplendor de Trujillo es el siglo XVI, que imprime un carácter renacentista y un gran impulso arquitectónico con obras de tipo religioso y civil a extramuros de la villa, y que ha hecho de esta ciudad una de las más bellas de Extremadura. Su Plaza Mayor se convierte en centro principal de la actividad diaria, y lugar de fiestas y celebraciones. Villa y ciudad, separadas por la muralla, mantendrán desde ahora una evolución arquitectónica de distinto signo: en el interior de la villa el aspecto defensivo de alcázares y casas fuertes, y a extramuros un estilo renacentista.